El 41,72%, (22.858) de los pacientes, 4 de cada 10, elige la sanidad pública para operarse y rechaza la propuesta de la Consejería de Sanidad para hacerlo en un centro privado, frente al 21,8% (7.227) que lo hacía a 31 de diciembre de 2005. Ejercer el derecho a elegir es penalizado con una espera 7,3 veces mayor.
Según los datos publicados por la Consejería de Sanidad, a 30 de septiembre de 2011, el número de madrileños que espera para operarse llega a 54.790, 3.187 más que en el trimestre anterior, un 6,17%, y 4.137 más que hace un año, un 8,17%. Dato que, en opinión de UGT-Madrid, expresa el fracaso del modelo privado de gestión hospitalaria impulsado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Desde 2005, año tras año, trimestre tras trimestre, la lista de espera quirúrgica (LEQ) ha crecido: 33.155 pacientes se contabilizaban a 31 de diciembre de 2005; 37.880 a 31 de diciembre de 2006; 41.859 a 31 de diciembre de 2007; 48.825 a 31 de diciembre de 2008; 50.689 a 31 de diciembre de 2009; 51.191 a 31 de diciembre de 2010 y 54.790 a 30 de septiembre de 2011.
Desde diciembre de 2005 a septiembre de 2011, la LEQ ha sumado 21.635 pacientes, un 65,25% más. El pico histórico se registró en marzo de 2011 con 55.119 pacientes. La Consejería de Sanidad se muestra incapaz para resolver, si quiera mejorar, el número de personas que esperan para operarse.
Desde que gobierna Esperanza Aguirre, la Comunidad de Madrid, la LEQ ha aumentado sin parar a pesar de la fuerte inversión de dinero público para reducir sus números, 519 millones de euros gastados en Planes Especiales desde 2005 a 2011, sin que nadie haya asumido responsabilidades políticas.
Por otro lado, cada vez son más los madrileños que eligen la sanidad pública para ser operados y rechazan hacerlo en un centro privado propuesto siempre por la Consejería de Sanidad: 7.227 a 31 de diciembre de 2005, un 21,8% sobre el total; 12.063 a 31 de diciembre de 2006, un 31,8%; 13.830 a 31 de diciembre de 2007, un 33%; 15.724 a 31 de diciembre de 2008, un 32,2%; 18.611 a 31 de diciembre de 2009, un 36,7%; 19.351 a 31 de diciembre de 2010, un 37,8%; y finalmente, 22.858 a 30 de septiembre de 2011, un 41,72%. Sin embargo, a pesar de esta preferencia por los centros públicos, el Gobierno de Esperanza Aguirre ignora esta demanda social y mantiene su apuesta política por un modelo privado de gestión para la sanidad que descapitaliza los hospitales públicos tradicionales.
ESPERANZA AGUIRRE, DESPUES DE 2 LEGISLATURAS, NO CUMPLE SU COMPROMISO DE 30 DÍAS DE ESPERA MAXIMA PARA SER OPERADO
Sobre los 54.790 pacientes en LEQ, 15.174 esperan un máximo de 30 días, pero 15.688 esperan entre 31 y 180 días, y 337 esperan entre 181 días y un año.
La promesa de la Presidenta de la Comunidad de Madrid de ser operado en menos de 30 días, ha condicionado toda la política sanitaria, de tal manera que para dar por cumplido el compromiso político, utiliza un mecanismo contable singular no reconocido por el Ministerio de Sanidad ni por las demás Autonomías. Considera el inicio del cómputo de espera desde la consulta con el anestesista y no desde la prescripción de la operación por el especialista. Para ello crea un sistema de tres categorías: “en espera estructural”; “transitoriamente no programables”; y “pacientes que han preferido mantenerse en espera para ser operados en el hospital de su elección”, que altera los indicadores de medida y el cómputo de espera, imposibilitando un tratamiento y evaluación homologable con las demás comunidades autónomas.
Por este hecho, el Ministerio de Sanidad, mediante circular de 6 de septiembre de 2011, ha requerido a la Comunidad de Madrid para que modifique la actual forma de contabilizar la LEQ, por ser “contrario y diferente” a la normativa estatal, hacer la adaptación, dice el Ministerio, “es relevante para evitar discriminaciones de Madrid en relación a las garantías del resto de España, así como para evitar eventuales reclamaciones…”.
La traducción del juego de las tres categorías de pacientes en lista de espera quirúrgica, significa que la Consejería de Sanidad sólo cuenta a los pacientes integrados en la lista de espera denominada “estructural”, 15.174, un 27,7% de los 54.790. Dicho de otro modo, 39.616 pacientes quedan excluidos, escondidos de la realidad, y no cuentan para el compromiso de Esperanza Aguirre de 30 días de espera máxima. Llevar a cabo la adaptación normativa que reclama el Ministerio, tendría como efecto unos tiempos de espera en la Comunidad de Madrid que rebasarían con creces los 30 días prometidos.
EJERCER EL DERECHO A ELEGIR HOSPITAL ES PENALIZADO CON UN TIEMPO MEDIO DE ESPERA 7,3 VECES MAYOR
UGT-Madrid señala que el tiempo medio de espera para los 15.174 pacientes de la lista oficial es de 9,5 días, pero para los 22.858 que eligen centro hospitalario público, el tiempo medio de espera es de 69,8 días. Por tanto, Ejercer el derecho a elegir hospital público es penalizado con un tiempo medio de espera 7,3 veces mayor. El número de pacientes que elige hospital público ha aumentado en 3.183, respecto un año antes, el 16,17%.
Para el sindicato, nadie decide alargar voluntariamente la espera, por eso, es una ironía intolerable que la Consejería de Sanidad defina a quien ejerce el derecho a elegir, como: “pacientes que voluntariamente han preferido mantenerse en espera para ser intervenidos en el hospital de su elección”.
Con este mecanismo contable, en opinión de UGT-Madrid, se genera una situación de acoso administrativo –incluso chantaje– sobre aquellas personas que rechazan operarse en centros privados, a las que se responsabilidad de mantenerse en espera voluntariamente para ser intervenido en el hospital de su elección y con ello se cancela del compromiso político de 30 días de espera máxima. En conclusión, ejercer el derecho a elegir hospital, de lo cual presume Esperanza Aguirre, supone ser expulsado de la lista “oficial” y esperar 7,3 veces más tiempo para ser operado, una penalización socialmente intolerable, que erosiona la equidad e igualdad de trato y con ello, el derecho fundamental a la protección de la salud.
Para UGT-Madrid, la ciudadanía madrileña confía y reivindica, con su elección, la sanidad pública, al tiempo que rechaza y suspende el modelo de gestión sanitaria puesto en marcha por el Gobierno que preside Esperanza Aguirre.
UGT-Madrid exige a la Comunidad de Madrid responsabilidad y compromiso social en la gestión de la sanidad.

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