27 abr 2012

UGT-Madrid considera que la negativa a la asistencia sanitaria para inmigrantes es insolidaria, injusta en su planteamiento e ineficaz en lo económico



La salud es un derecho universal y, por tanto, el derecho a mantener un nivel de salubridad adecuado y óptimo entra en el grupo de los derechos considerados irrenunciables.

Ahora bien, UGT considera necesario salir al paso de informaciones erróneas, malintencionadas y falsas a este respecto y aclarar:



1.- En cuanto al mal llamado “turismo sanitario” hay que destacar que existen informes en que queda acreditado que no es realizado por los ciudadanos extracomunitarios y que no es una práctica común o generalizada. En este sentido, los ciudadanos de origen comunitario, que en la Comunidad de Madrid ascienden a 403.353, por su condición de tales, tienen plena libertad de circulación, lo que les permite disponer de atención sanitaria en cualquiera de los países de la Unión Europea.
El ejercicio de este derecho no puede ser considerado turismo sanitario, ya que los gastos generados por la asistencia deben o pueden ser reclamados al país de origen. Será, por tanto, responsabilidad de nuestras Autoridades el hacer uso de manera eficaz de los mecanismos de reclamación que sean pertinentes.

2.- En cuanto a los no comunitarios residentes legales (la gran mayoría) tienen derecho a cobertura sanitaria por Seguridad Social, como cualquier otro ciudadano, por ser un trabajador/a, por estar percibiendo prestaciones o subsidios por desempleo, por ser beneficiarios del titular de la Seguridad Social (cónyuges, hijos menores, ascendientes..)  etc. 

3.- Los motivos económicos tampoco justifican esta decisión, ya que, como hemos ido trasladando, la medida no afecta ni a la ciudadanía comunitaria ni a los no comunitarios regularizados y sus familiares directos, por tanto, el ahorro económico no va a ser tal. Hay que considerar que la medida tiene más un componente político e ideológico que económica.
Ante este panorama, desde UGT-MADRID, creemos que es momento de romper con el mito de que los servicios sanitarios están colapsados por el abuso o mal uso realizado por los extranjeros.

4.- Finalmente de retirarse esta atención prestada a los inmigrantes irregulares, asumida bajo el supuesto de personas sin recursos económicos (de ahí la exigencia del empadronamiento y del certificado de Hacienda que probaría la falta de ingresos o bienes propios), retrocederíamos a las épocas en que se tenían que derivar para la atención médica a organizaciones humanitarias y/o dispensarios, faltos de infraestructura adecuada, y tan sólo, para una primera asistencia básica.

Desde UGT entendemos que es un avance para la trayectoria de un país el hecho de que la sanidad sea un derecho universal, primero, por un principio de solidaridad entre los pueblos, y segundo, por una cuestión de salud pública.

Finalmente, El Gobierno regional de la Comunidad de Madrid, es pionero en proponer el uso de prácticas restrictivas o, en su caso, limitativas de derechos y ya se han detectado casos, anteriormente a la aprobación de esta medida, de personas inmigrantes irregulares a los que se les ha dificultado la expedición y renovación de la tarjeta sanitaria.

La aprobación de estas medidas es otra vuelta de tuerca en el retroceso de los derechos sociales, que se focaliza, una vez más, en los más desfavorecidos.

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