El
Secretario General de UGT Cándido Méndez, asiste estos días al Comité Ejecutivo
de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que se reúne en Bruselas y que ha aprobado por unanimidad una
resolución centrada en la necesidad de poner en marcha un contrato Social para
Europa.
Para
la CES, este Contrato Social debe estar basado en la garantía de la Negociación
Colectiva y el diálogo social a nivel nacional y europeo, la puesta en marcha
de medidas económicas destinadas al crecimiento, la consecución de empleos
sostenibles y la justicia económica y social.
Son
necesarias medidas urgentes para poner fin a la crisis de la deuda soberana y
otorgar al BCE el papel de prestamista de último recurso, permitiéndole así
emitir Eurobonos.
También
son indispensables políticas industriales y de inversión para responder a los
desafíos económicos y medioambientales, normas para garantizar un sector
financiero regulado, sólido y transparente al servicio de la economía real y
dedicar recursos extra a propósitos sociales y medioambientales, además de
detener la presión de la UE para la liberalización de los servicios públicos.
La
Confederación Europea de Sindicatos defiende salarios decentes para todos que
contribuyan al crecimiento y la demanda interna; garantías para que los jóvenes
accedan a un empleo decente y tengan oportunidades de formación adecuadas,
medidas para mejorar la calidad de los puestos de trabajo y combatir el empleo
precario y políticas activas del mercado de trabajo.
Además
es fundamental establecer una fiscalidad gradual y redistributiva sobre los
ingresos y la riqueza, acabar con los paraísos fiscales, la corrupción, la
evasión de impuestos, el fraude fiscal o el trabajo no declarado. Una actuación
decidida contra la especulación y medidas para garantizar la igualdad salarial
y la igualdad de derechos por un trabajo de igual valor para todos.
El
movimiento sindical europeo considera que el proceso de integración, basado en
los principios de paz, democracia y solidaridad, así como de cohesión
económica, social y territorial es el camino para garantizar un futuro para los
ciudadanos en un mundo globalizado y que la unión monetaria debe contribuir a
ese propósito.
La
CES apoya políticas económicas coordinadas así como el objetivo de cuentas
públicas saneadas pero lamenta las medidas económicas que socaban los logros
sociales de décadas pasadas, ahogan el crecimiento sostenible, la recuperación
económica y el empleo y destruyen servicios públicos.
Los sindicatos europeos afirman que los
derechos sociales fundamentales deben tener prioridad sobre las libertades
económicas y, por ello, hacen un llamamiento a las organizaciones europeas de
empresarios, a las instituciones de la UE y a los gobiernos nacionales para
iniciar un debate sobre la nueva forma que debería adoptar la Europa social.

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