La Confederación Sindical Internacional (CSI), de la que UGT forma
parte, denuncia el intento de los empresarios de silenciar en la Conferencia de
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asuntos de gran trascendencia,
como la supresión de los derechos de negociación colectiva en Grecia y España,
donde la caída en picado de los ingresos está empeorando la ya difícil
situación económica del país, o casos en los que se violan las leyes de trabajo
decente. Los empleadores ponen en cuestión, además, en base a una convicción
ideológica equivocada, el derecho de huelga.
La
Secretaria General de la CSl, Sharan Burrow, ha querido denunciar así la
actitud de los empleadores que se niegan, incluso, a hablar de cuestiones
vitales como la violencia contra sindicalistas en países como Colombia (el año
pasado fueron asesinados 29 sindicalistas), Guatemala o Swazilandia. En Egipto,
donde la población se encuentra en medio de una batalla por sus derechos más
básicos a un trabajo decente, los empleadores parecen estar del lado de las
fuerzas militares y fundamentalistas, interesadas en privar de voz a los
trabajadores.
Burrow recuerda que “la OIT se estableció
sobre la base de la justicia social y el compromiso de respetar el Estado de
Derecho que se aplica a todos aquellos y aquellas que trabajan. Los juristas
más eminentes del mundo del trabajo han presentado sus conclusiones a la
Conferencia de la OIT, pero la Organización Internacional de Empleadores se
niega a permitir que se examinen sus conclusiones”.

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