Los datos publicados hoy por los Servicios Públicos de Empleo indican que en este mes se han registrado como desempleadas 98.853 personas menos que en el pasado mes de mayo (una caída del 2,1%). Sin embargo, en la comparación interanual, el incremento alcanza el 11,9%, o lo que es lo mismo, 493.468 personas. Con estas cifras, el número de parados registrados es de 4.615.269 personas.
Distinguiendo según
género, en este mes disminuye el desempleo entre las mujeres en un 9,06%, lo
que supone 20.721 desempleadas menos, mientras que el desempleo masculino
disminuye en 16.617 parados en el mes de junio. En la comparación con junio de
2011, aumentan un 8,15% las mujeres desempleadas y un 4,56% los hombres.
Se reduce el número de
jóvenes (menores de 25 años) desempleados, en 61.515 frente al mes anterior,
aunque sigue reflejando un incremento interanual del 12,6%, frente al 8,7% del
mes anterior.
Por lo que respecta a los
extranjeros, disminuye el número de desempleados en términos mensuales en
16.899 personas (una caída del 2,7%), aunque en la comparación con el año
anterior hay una subida del 1,1%.
Por sectores, se recoge
una disminución del número de desempleados respecto al mes anterior en todos
los sectores, salvo en la agricultura. En la construcción, del 2,15% (17.124
desempleados menos); en la industria, del 1,85% (9.970 parados menos); y en el
sector servicios, del 1,88% (por tanto, 52.654 desempleados menos). Por su
parte, en el sector agrícola, aumenta el número de desempleados un 0,74% (lo
que supone 1.182 desempleados más que en el mes anterior). En la comparación
con el mismo mes del año 2011, se produce un incremento del desempleo en todos
los sectores: un 15,09% en la agricultura, un 10,19% en la industria, un 7,09%
en la construcción, un 14,34% en los servicios y un 7,29% entre el colectivo
sin empleo anterior.
El número total de
contratos registrados en junio cae un 2,15% respecto al mes de mayo y en
términos interanuales la caída es del 6,25%. Del total de contratos registrados
en el mes de junio (1.312.519), sólo el 7,2% son indefinidos (no sabemos
cuántos de la nueva modalidad contractual, de apoyo a emprendedores). En este
mes, se reducen tanto los contratos indefinidos (en un 3,6%) como los
temporales (en un 2,0%) respecto al mes anterior. En la comparación interanual
se registra una reducción aún mayor, del 12,6% de indefinidos y del 5,6% de
temporales. La única modalidad contractual que aumenta respecto al mismo mes
del año anterior es la de los contratos temporales a tiempo parcial (un 8,4%,
es decir, se han registrado 31.657 contratos más de este tipo que hace un año).
La tasa de cobertura
(correspondiente al mes de mayo) se sitúa en 65,4%, un 5,6% menos que la
registrada el año anterior.
Conclusiones
Los datos conocidos hoy no
hacen sino confirmar que la política económica del gobierno se mantiene en el
error y no es capaz de afrontar las dificultades económicas y de empleo que
sufre nuestro país. Porque es evidente no solo que los recortes indiscriminados
no están impulsando la actividad económica, algo evidente puesto que son un
freno a la misma, sino que no crean empleo, tal y como ponen la manifiesto sin
ningún atibo de duda las estadísticas.
En este sentido, a pesar
de que una disminución de paro siempre es de valorar (en este punto hay que
señalar que en términos desestacionalizados, el desempleo se ha incrementado en
18.697 personas), los datos son contundentes: de trata de un empleo estacional,
temporal y precario. Y esto es así porque los datos ponen de manifiesto que la
reducción del número de parados se centra en sectores claramente estacionales,
como son los servicios y la construcción, se tornará probablemente en una más
que difícil situación cuando finalice el periodo estival. Además, la reducción
del número de parados en el colectivo sin empleo anterior solo es una muestra
de las no renovaciones de las demanda de empleo durante las vacaciones
estivales.
Además, en cuanto al
incremento del número de prestaciones por desempleo en casi un millón de altas
es un nuevo reflejo de que la economía española continúa en la senda de la
destrucción de empleo. Y la tasa de cobertura del sistema de prestación en mayo
de 2012 se situó en el 65,4% frente al 69,3% del mismo mes del año anterior, es
decir, se ha redujo un 5,6%. Y si tenemos en cuenta la situación respecto al
mes de abril, la evolución es negativa, tanto en términos mensuales (cuando al
cobertura alcanzó el 65,5%) como en términos anuales (cuando la cobertura
alcanzó el 70,0%)
Por último, en relación a
la contratación, el número de contratos se ha reducido tanto en términos
mensuales (-2,16%) como anuales (-6,25%). Si atendemos al tipo de contratos,
los datos refleja claramente el fracaso de la reforma laboral: los contratos
temporales caen un 2,04% respecto al mes anterior y un 5,65% respecto a la
situación hace un año; pero la peor parte se la llevan los contrato
indefinidos, que caen un 3,59% respecto al mes anterior y un 12,6% respecto al
año pasado.
Con estos datos, si el
Gobierno mantiene su política económica basada en exclusiva en la reducción del
déficit vía recorte, aniquilando además el Estado de Bienestar, sin acompañarla
de políticas de estímulo a la actividad económica y el empleo, junto con
mejoras en nuestra competitividad, la economía española continuará sumida en la
crisis, sostenida además en un modelo que ha supuesto una recesión más dilatada
que la de nuestros vecinos europeos, y dependiente de sectores claramente
estacionales, con un uso más intensivo del factor trabajo y menor de capital.
El hundimiento de la
economía española requiere sin más dilación de políticas que estimulen el
crecimiento para lograr salir a flote. Porque, además de las medidas para
rescatar nuestro sistema financiero y devolver la confianza de los mercados financieros
internacionales sobre nuestra economía, son imprescindibles medidas de impulso
al cambio del modelo productivo, que permitan una recuperación económica
estable y sostenible, cuyas bases sean el conocimiento, la innovación y la
creación de valor añadido, con una apuesta firme en la calidad y no en la
reducción de costes laborales, de manera que seamos capaces de superar nuestros
problemas de competitividad.
Porque con reformas como
la del mercado de trabajo, que pretenden reducir las ineficiencias que
supuestamente impiden la creación de empleo estable, y que, según el propio
Gobierno, nos llevarán a una tasa de paro del 24,2% para el año que viene 2013,
no salimos de la crisis. Y porque la apuesta por la vía de reducción de costes
laborales, solo consiguen un objetivo: empobrecer aún más a los ciudadanos y
trabajadores de nuestro país.
En este sentido, desde UGT
ya denunciamos que son ineludibles políticas que protejan a las personas y
detengan el aumento de las que caen bajo el umbral de la pobreza, como señalan
los datos. Por eso, la reforma laboral impuesta por el Gobierno junto al
estancamiento de la actividad económica, conduce a un aumento de las
solicitudes de prestación por desempleo, aunque la persistencia de la crisis y
el elevado volumen de desempleados estén haciendo reducir la tasa de cobertura.
En definitiva, desde el sindicato consideramos
fundamental un cambio en la política económica, dirigido a la recuperación del
crecimiento y del empleo. Cambio asentado en una mayor cohesión social, que
además ajustará las cuentas públicas vía creación de empleo, y que generará más
ingresos fiscales al erario público, y no por la vía recortes en el gasto
público y en los servicios y prestaciones.


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